LHOTSE 2011
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Mai 09
Eintrag #19
Publiziert am 12:08
LHOTSE EXPEDIZIOA
JUANITO OIARZABAL PROYECTO 2 X 14 X 8000
ALEA JACTA EST. LA SUERTE ESTA ECHADA
Hemos cumplido con los planes previstos. La aclimatación a pesar de los percances vividos en primera persona por todos y cada uno de nosotros, ya está completada. Más de 7.000 m positivos de desnivel acumulado, han acompañado nuestros días de trasiego hacia los campos de altura del Lhotse.
El segundo ciclo de adaptación a este medio nuevo y diferente para nuestro organismo, ha tenido como culminación la llegada al campo III, a 7.100 m de altura. A A las 4 h de la madrugada del jueves 5 de mayo tiene como escenario nuestro inicio de la parte final de la aclimatación. Somos conscientes que el ritmo es más vivo, que no es tan cansino progresar por la cascada de hielo del Solo Khumbu. Tenemos visualizado mentalmente parte del recorrido, es como ir saludando todos y cada uno de los rutilantes seracs suspendidos en el vacío. Con sorpresa, en la parte alta del glaciar comprobamos, como un alud del hombro del Lho La, ha dejado caer parte de piedras y bloques de nieve destrozando un paso anterior, compuesto por un tramo de cuatro escaleras unidas prodigiosamente, que levitaban sobre una gran grieta. Ahora el recorrido es más caótico si cabe.
A plena luz, dejamos atrás el campo I y afrontamos de nuevo el fatídico trayecto del valle del silencio. Esta vez, con más ánimo y decisión, bien escarmentados por la deshidratación anterior, hacemos el recorrido como quien ha visto las orejas al lobo. Llegados al campo II, no teniendo otra cosa mejor que hacer, nos dedicamos a ejecutar un trabajo de artesanía, intentar despegar la tienda del hielo (sin romperla) para dejarla en mejores condiciones. Una vez desplantada la tienda, nos dedicamos a palear nieve para dejar la superficie lo menos irregular posible, para que nuestras lumbares no se quejen en demasía. Al día siguiente descansamos, mientras van llegando nuestros compañeros de expedición, por un lado Carlos Pauner y su afable escudero Javier Pérez, y por otra parte el incombustible Carlos Soria y su inseparable sherpa, Muktu. Cada uno lleva su ritmo de aclimatación, pero los caminos se estrechan y cada vez el embudo de la cima hace que las coincidencias en altura sean mayores.
Los hay, que apuestan por la ley del mínimo esfuerzo/máximo rendimiento; el menor tiempo en altura, con el menor desgaste para el organismo y cuando convenga dar el máximo esfuerzo en el momento determinado para alcanzar la cima. Otros apuestan por teorías más clásicas, subiendo y bajando de los campos de altura para conseguir un mayor hematocrito, un entrenamiento progresivo y facilitar de memoria reciente al organismo delante de la idiosincrasia que comporta la altura.
El campo III nos espera. El sábado 7 de mayo volvemos a madrugar. Conseguimos llegar al extremo final del valle del silencio, donde una casi infranqueable rimaya, representa el inicio de la pared del Lhotse. El itinerario está asegurado por cuerdas fijas, las expediciones comerciales que llevan clientes al Everest se han encargado de ese proceso. Hace frio y filmamos en los diversos largos de la pared vertical. La mayoría del recorrido está compuesto de nieve dura y en pequeños tramos de un vivo hielo azul, que hace trabajar a nuestros crampones.
Entre cinco miembros de la expedición, compartimos dos sherpas de altura, Norbuk y Lakpa. El campo III, se puede situar a dos alturas diferentes; para facilitar un mayor acceso al campo IV o bien para que no sea tan cansino el trayecto desde el campo II. Pues bien, al llegar a la disposición del primer campo, descubrimos que Norbuk y Lakpa, estaban instalando las tiendas en el lugar que no habíamos convenido. Juanito empieza a jurar en arameo, a gesticular, a gritar atropelladamente. No hay tu tía, por la hora que era y por el arduo y penoso trabajo realizado de excavación en la pendiente, nos quedábamos ahí!
Antes de meternos en la tienda, descubrimos que la superficie no es apta ni para el faquir más aguerrido. ¿Porque siempre nos tocará a nosotros? Desmonta la tienda, aguántala con esmero y precaución no se vaya por la vertiginosa pendiente del Lhotse, palea nieve, haz un corte más profundo en la ladera… En fin, si no nos sobraban energías, las regalamos con el montaje de la tienda.
¿Os acordáis de aquella noche pasada en el campo I? ¡Pues nada que ver con la kafkiana situación que nos esperaba en el campo III !. Sabíamos que la predicción anunciaba rachas de viento en altura. ¡Pero que noche aquella, nuestra Mountain Hard Wear aguantó como una jabata! En pocas horas, un lateral fue acumulando una pesada nieve desde el exterior, perdiendo espacio en el interior y aprisionando al pobre Juanjo, apresado como en la esquina de un ring. Pasamos el resto de la madrugada, los tres sentados y apoyados en ese lateral, con el objeto de que la fuerza del vendaval no rompiese las varillas de la tienda. A las 6 de la madrugada Lolo y Juanito, armados de valor y mucha moral, salen a sujetar la virulenta situación con nuevos cordinos y estacas. Muchas de las tiendas que hay a nuestro alrededor, han sucumbido a las rachas de 100 km por hora. La retirada del campo III fue a las 7 de la mañana, con un frio que calaba aceleradamente, una serie de cruentos rápeles, con rachas de viento que nos intentaban separar de la realidad, con unas secciones de cuerda que obligaban a cambiar cada vez el ocho (rapelador) sin guantes gruesos y nos hacían recordar parajes más halagüeños.
Alea Jacta Est. La suerte esta echada. Estamos a la espera. Unos más nerviosos que otros. Juanito es el más desesperado, tiene ganas, como dice él de:- ¡Dar el pegue!. Detrás de este hombre duro, a veces rudo, extrovertido, hiperactivo, está el otro Juanito, al que le gusta oír decir a sus hijos Mikel y Sangita, por teléfono vía satélite a 7.000 m, que le echan de menos. Tiene ganas de acabar con el Lhotse. Después le espera el Nanga Parbat, en Junio y tiene la necesidad vital de pasar unos días compartiendo la cotidianidad con su familia, pero que a la vez con el rabillo del ojo está pensando en el cargo aéreo de Pakistán, los problemas con el visado…
Juanito Oiarzabal, Lolo Gonzalez y Juanjo Garra
9 de mayo de 2011
JUANITO OIARZABAL PROYECTO 2 X 14 X 8000
ALEA JACTA EST. LA SUERTE ESTA ECHADA
Hemos cumplido con los planes previstos. La aclimatación a pesar de los percances vividos en primera persona por todos y cada uno de nosotros, ya está completada. Más de 7.000 m positivos de desnivel acumulado, han acompañado nuestros días de trasiego hacia los campos de altura del Lhotse.
El segundo ciclo de adaptación a este medio nuevo y diferente para nuestro organismo, ha tenido como culminación la llegada al campo III, a 7.100 m de altura. A A las 4 h de la madrugada del jueves 5 de mayo tiene como escenario nuestro inicio de la parte final de la aclimatación. Somos conscientes que el ritmo es más vivo, que no es tan cansino progresar por la cascada de hielo del Solo Khumbu. Tenemos visualizado mentalmente parte del recorrido, es como ir saludando todos y cada uno de los rutilantes seracs suspendidos en el vacío. Con sorpresa, en la parte alta del glaciar comprobamos, como un alud del hombro del Lho La, ha dejado caer parte de piedras y bloques de nieve destrozando un paso anterior, compuesto por un tramo de cuatro escaleras unidas prodigiosamente, que levitaban sobre una gran grieta. Ahora el recorrido es más caótico si cabe.
A plena luz, dejamos atrás el campo I y afrontamos de nuevo el fatídico trayecto del valle del silencio. Esta vez, con más ánimo y decisión, bien escarmentados por la deshidratación anterior, hacemos el recorrido como quien ha visto las orejas al lobo. Llegados al campo II, no teniendo otra cosa mejor que hacer, nos dedicamos a ejecutar un trabajo de artesanía, intentar despegar la tienda del hielo (sin romperla) para dejarla en mejores condiciones. Una vez desplantada la tienda, nos dedicamos a palear nieve para dejar la superficie lo menos irregular posible, para que nuestras lumbares no se quejen en demasía. Al día siguiente descansamos, mientras van llegando nuestros compañeros de expedición, por un lado Carlos Pauner y su afable escudero Javier Pérez, y por otra parte el incombustible Carlos Soria y su inseparable sherpa, Muktu. Cada uno lleva su ritmo de aclimatación, pero los caminos se estrechan y cada vez el embudo de la cima hace que las coincidencias en altura sean mayores.
Los hay, que apuestan por la ley del mínimo esfuerzo/máximo rendimiento; el menor tiempo en altura, con el menor desgaste para el organismo y cuando convenga dar el máximo esfuerzo en el momento determinado para alcanzar la cima. Otros apuestan por teorías más clásicas, subiendo y bajando de los campos de altura para conseguir un mayor hematocrito, un entrenamiento progresivo y facilitar de memoria reciente al organismo delante de la idiosincrasia que comporta la altura.
El campo III nos espera. El sábado 7 de mayo volvemos a madrugar. Conseguimos llegar al extremo final del valle del silencio, donde una casi infranqueable rimaya, representa el inicio de la pared del Lhotse. El itinerario está asegurado por cuerdas fijas, las expediciones comerciales que llevan clientes al Everest se han encargado de ese proceso. Hace frio y filmamos en los diversos largos de la pared vertical. La mayoría del recorrido está compuesto de nieve dura y en pequeños tramos de un vivo hielo azul, que hace trabajar a nuestros crampones.
Entre cinco miembros de la expedición, compartimos dos sherpas de altura, Norbuk y Lakpa. El campo III, se puede situar a dos alturas diferentes; para facilitar un mayor acceso al campo IV o bien para que no sea tan cansino el trayecto desde el campo II. Pues bien, al llegar a la disposición del primer campo, descubrimos que Norbuk y Lakpa, estaban instalando las tiendas en el lugar que no habíamos convenido. Juanito empieza a jurar en arameo, a gesticular, a gritar atropelladamente. No hay tu tía, por la hora que era y por el arduo y penoso trabajo realizado de excavación en la pendiente, nos quedábamos ahí!
Antes de meternos en la tienda, descubrimos que la superficie no es apta ni para el faquir más aguerrido. ¿Porque siempre nos tocará a nosotros? Desmonta la tienda, aguántala con esmero y precaución no se vaya por la vertiginosa pendiente del Lhotse, palea nieve, haz un corte más profundo en la ladera… En fin, si no nos sobraban energías, las regalamos con el montaje de la tienda.
¿Os acordáis de aquella noche pasada en el campo I? ¡Pues nada que ver con la kafkiana situación que nos esperaba en el campo III !. Sabíamos que la predicción anunciaba rachas de viento en altura. ¡Pero que noche aquella, nuestra Mountain Hard Wear aguantó como una jabata! En pocas horas, un lateral fue acumulando una pesada nieve desde el exterior, perdiendo espacio en el interior y aprisionando al pobre Juanjo, apresado como en la esquina de un ring. Pasamos el resto de la madrugada, los tres sentados y apoyados en ese lateral, con el objeto de que la fuerza del vendaval no rompiese las varillas de la tienda. A las 6 de la madrugada Lolo y Juanito, armados de valor y mucha moral, salen a sujetar la virulenta situación con nuevos cordinos y estacas. Muchas de las tiendas que hay a nuestro alrededor, han sucumbido a las rachas de 100 km por hora. La retirada del campo III fue a las 7 de la mañana, con un frio que calaba aceleradamente, una serie de cruentos rápeles, con rachas de viento que nos intentaban separar de la realidad, con unas secciones de cuerda que obligaban a cambiar cada vez el ocho (rapelador) sin guantes gruesos y nos hacían recordar parajes más halagüeños.
Alea Jacta Est. La suerte esta echada. Estamos a la espera. Unos más nerviosos que otros. Juanito es el más desesperado, tiene ganas, como dice él de:- ¡Dar el pegue!. Detrás de este hombre duro, a veces rudo, extrovertido, hiperactivo, está el otro Juanito, al que le gusta oír decir a sus hijos Mikel y Sangita, por teléfono vía satélite a 7.000 m, que le echan de menos. Tiene ganas de acabar con el Lhotse. Después le espera el Nanga Parbat, en Junio y tiene la necesidad vital de pasar unos días compartiendo la cotidianidad con su familia, pero que a la vez con el rabillo del ojo está pensando en el cargo aéreo de Pakistán, los problemas con el visado…
Juanito Oiarzabal, Lolo Gonzalez y Juanjo Garra
9 de mayo de 2011
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