LHOTSE 2011
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abr 05
Despacho #5
Publicado a las 17:24
PRIMER DIA EN KATMANDU.
Entre el mucho sueño del jet lag del viaje, ha transcurrido el primer día en
Katmadú. La noche fue larga y un tanto tediosa, las primeras 6 horas nos
llevaron hasta Doha, después de la acostumbra espera en los aeropuertos, y
deambular mirando las lujuriosas tiendas en casa de los poderosos poseedores
de los petrodolares, nos reagrupamos finalmente con Javier Perez y Carlos
Pauner, miembros de la expedición. El doctor Morandeira i la doctora Nerin,
responsables del proyecto científico y solidario se suman también al
encuentro.
A la llegada al Hotel Marshyangdi, nos espera la inestimable Mss Halley, la
"fedataria" del Himalaya. Hacia dos años que no tenia el placer de
saludarla, cada vez mas frágil y acusando el ya largo deambular por la vida.
Después de preguntarnos por la ruta escogida, el estilo de ascensión a
utilizar y los componentes de la expedición al Lhotse, nos desea buena
suerte y nos cita para la vuelta para recoger los datos finales de la
ascensión, que aparecerán en las estadísticas de las revistas mas
significativas del alpinismo. Desaparece de nuestra vista con su conductor y
su inseparable escarabajo por las caóticas calles de Katmandu.
Hemos invertido varias horas en localizar el distribuidor de targetas
telefónicas que nos puede asegurar cobertura hasta el campo base, después de
unas cuantas historias rocambolescas, con la targeta en nuestros teléfonos,
nos dan problemas y sigue siendo por el momento misión imposible.
La tarde la hemos dedicado a esparramar los bidones que Lolo tiene en el
deposito de Katmandu, en Bochi Bochi, para repasar el material colectivo
necesario. He de confesar que la atmósfera de la tarde, hacia difícil
mantener los ojos abiertos, después de apenas 24 h sin dormir, había algo
que nos envolvía y nos depositaba por momentos en los brazos de Morfeo.
El amigo Tika, nos ha invitado a cenar a su casa, un encuentro familiar,
servido con Dalbhat (arroz, lentejas y pollo), delicioso y casero. Era el
cumpelaños de Lolo, la cuarentena ya le atenaza.
Mañana, con un poco de sueño reparador, sera otro día.
Entre el mucho sueño del jet lag del viaje, ha transcurrido el primer día en
Katmadú. La noche fue larga y un tanto tediosa, las primeras 6 horas nos
llevaron hasta Doha, después de la acostumbra espera en los aeropuertos, y
deambular mirando las lujuriosas tiendas en casa de los poderosos poseedores
de los petrodolares, nos reagrupamos finalmente con Javier Perez y Carlos
Pauner, miembros de la expedición. El doctor Morandeira i la doctora Nerin,
responsables del proyecto científico y solidario se suman también al
encuentro.
A la llegada al Hotel Marshyangdi, nos espera la inestimable Mss Halley, la
"fedataria" del Himalaya. Hacia dos años que no tenia el placer de
saludarla, cada vez mas frágil y acusando el ya largo deambular por la vida.
Después de preguntarnos por la ruta escogida, el estilo de ascensión a
utilizar y los componentes de la expedición al Lhotse, nos desea buena
suerte y nos cita para la vuelta para recoger los datos finales de la
ascensión, que aparecerán en las estadísticas de las revistas mas
significativas del alpinismo. Desaparece de nuestra vista con su conductor y
su inseparable escarabajo por las caóticas calles de Katmandu.
Hemos invertido varias horas en localizar el distribuidor de targetas
telefónicas que nos puede asegurar cobertura hasta el campo base, después de
unas cuantas historias rocambolescas, con la targeta en nuestros teléfonos,
nos dan problemas y sigue siendo por el momento misión imposible.
La tarde la hemos dedicado a esparramar los bidones que Lolo tiene en el
deposito de Katmandu, en Bochi Bochi, para repasar el material colectivo
necesario. He de confesar que la atmósfera de la tarde, hacia difícil
mantener los ojos abiertos, después de apenas 24 h sin dormir, había algo
que nos envolvía y nos depositaba por momentos en los brazos de Morfeo.
El amigo Tika, nos ha invitado a cenar a su casa, un encuentro familiar,
servido con Dalbhat (arroz, lentejas y pollo), delicioso y casero. Era el
cumpelaños de Lolo, la cuarentena ya le atenaza.
Mañana, con un poco de sueño reparador, sera otro día.
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