EXPEDICIÓN EN KAYAK: ISLA CHETUMAL
apr 09
Dispatch #6
Published at 21:25
Queridos amigos y amigas:
Voy aprovechar para contarles como me fue el segundo día (08 de abril del 2010). Este día fue más duro que el primero, no sé si por el cansancio acumulado o porque las leyes de Murphy estuvieron a todo lo que dan, les cuento el por qué lo del famoso
Murphy, lo que me pasó es que cuando quise ver en la cámara las fotos de la
última parte del primer día para enviarlas y que había tomado en la noche en
el Estero de Chac y en el campamento, desaparecieron por arte de magia o
por arte de los Aluxes (para los que no sean de la Península de Yucatán les
cuento que los Aluxes son una especie de duendecitos mayas que hacen
travesuras a la gente). Así que una disculpa por no poderlas enviar. El día
estuvo fácil hasta la llegada a la laguna Milagros, aunque saliendo del
canal que une el Estero de Chac con la laguna, había algo de viento y
oleaje en la laguna, pero nada parecido a lo vivido en la bahía. De regreso
al Estero de Chac y tras pasar el puente de la carretera federal a la
altura del Campamento de la S.C.T. empezaron los problemas porque tenía que
remar contracorriente, y estaba fuertecilla, así que me costaba avanzar.
Pasé por lugares muy bonitos y solitarios y por 2 lagunas interesantes, pero
se me estaba haciendo largo el camino hasta la laguna interior de Bacalar
(laguna que está enfrente de Bacalar y que recibe el nombre de Laguna Mariscal) que era el punto previsto para mi acampada, y es que costaba mucho avanzar con la corriente en contra, cuando dejaba de remar, la corriente me llevaba el kayak en sentido contrario. Entonces me vino a la cabeza cómo pudieron hacerle esos piratas que atacaron Bacalar hace cientos de años, remando en contra de la corriente y en
embarcaciones de mayor calado y mucho más pesadas que la mía.
En una parte del trayecto, observé 2 zopilotes en un árbol y pensé, éstos
están esperando a que desfallezca. Para "variar" se me hizo de noche en el
trayecto sin llegar a mi punto de acampada, lo cual era preocupante porque
tenía que encontrar el canal que conectaba el Río Chac (que es la
continuación del Estero de Chac) con la laguna Mariscal, y con el
mangle se forman varios canales que pueden confundirte, cosa que una vez más
hice y tuve que volver sobre mis pasos (bueno mejor dicho sobre mis
remadas). De nuevo sentí gran alivio al encontrar la entrada del canal hacia
la laguna Mariscal. Ahí ya me relajé un poco y pasé a la siguiente preocupación ja, ja, ja, que era buscar un lugar apropiado para acampar, al terminar el canal y pasar a la laguna me pegué a la orilla Este de la laguna pensando que encontraría algo apropiado, me acerqué a la orilla y me dí cuenta que era superfangosa (debido al mangle) y que sería imposible acampar ahí. Así que decidí atravesar la laguna hacia la parte Oeste, porque ví en el mapa unos pocos rodales de vegetación alta y pensé que allí la orilla sería más consistente. El problema era encontrarlos en la noche. Tras
atravesar la laguna lo cual se me hizo largo por la distancia y el cansancio acumulado, y también debido al ansia por llegar y por la obscuridad, llegué
a una zona con un poco de vegetación más alta, pero ¡oh sorpresa!, se
trataba de más mangle. Me acerqué a la orilla y como a 10 metros de ella el
kayak quedó atorado en el fango y tuve que bajarme de él, y al hacerlo, casi
desaparezco, me quedé enterrado en el fango más arriba de la rodilla, como
pude me puse de rodillas para tener más superficie de contacto y hundirme
menos y empecé a arrastrar el kayak hasta la orilla, consiguiendo subirlo
totalmente y amarrarlo al mangle. Ya sólo me quedaba la parte más difícil
montar el campamento en un espacio de 2 metros cuadrados pegándome lo más
posible a la vegetación porque es donde más duro está el suelo. De todas
formas montar el campamento en estas condiciones fue durísimo y cansado, me
hundía hasta las rodillas cada rato, e incluso una vez que logré poner la
casa de campaña pasaba filtrándose agua por el piso. Antes de acostarme tuve
que limpiarme como pude todo el lodo que tenía y dejar la ropa que llevaba
toda sucia fuera de la tienda. Eran las 11 de la noche y había remado
durante 8 horas y mi cuerpo me dolía por todos lados, aunque estaba feliz
por el recorrido que había hecho.
Les anexo una fotografía con la imagen satelital del recorrido que hice ese día.
Un fuerte abrazo, Luis.
Voy aprovechar para contarles como me fue el segundo día (08 de abril del 2010). Este día fue más duro que el primero, no sé si por el cansancio acumulado o porque las leyes de Murphy estuvieron a todo lo que dan, les cuento el por qué lo del famoso
Murphy, lo que me pasó es que cuando quise ver en la cámara las fotos de la
última parte del primer día para enviarlas y que había tomado en la noche en
el Estero de Chac y en el campamento, desaparecieron por arte de magia o
por arte de los Aluxes (para los que no sean de la Península de Yucatán les
cuento que los Aluxes son una especie de duendecitos mayas que hacen
travesuras a la gente). Así que una disculpa por no poderlas enviar. El día
estuvo fácil hasta la llegada a la laguna Milagros, aunque saliendo del
canal que une el Estero de Chac con la laguna, había algo de viento y
oleaje en la laguna, pero nada parecido a lo vivido en la bahía. De regreso
al Estero de Chac y tras pasar el puente de la carretera federal a la
altura del Campamento de la S.C.T. empezaron los problemas porque tenía que
remar contracorriente, y estaba fuertecilla, así que me costaba avanzar.
Pasé por lugares muy bonitos y solitarios y por 2 lagunas interesantes, pero
se me estaba haciendo largo el camino hasta la laguna interior de Bacalar
(laguna que está enfrente de Bacalar y que recibe el nombre de Laguna Mariscal) que era el punto previsto para mi acampada, y es que costaba mucho avanzar con la corriente en contra, cuando dejaba de remar, la corriente me llevaba el kayak en sentido contrario. Entonces me vino a la cabeza cómo pudieron hacerle esos piratas que atacaron Bacalar hace cientos de años, remando en contra de la corriente y en
embarcaciones de mayor calado y mucho más pesadas que la mía.
En una parte del trayecto, observé 2 zopilotes en un árbol y pensé, éstos
están esperando a que desfallezca. Para "variar" se me hizo de noche en el
trayecto sin llegar a mi punto de acampada, lo cual era preocupante porque
tenía que encontrar el canal que conectaba el Río Chac (que es la
continuación del Estero de Chac) con la laguna Mariscal, y con el
mangle se forman varios canales que pueden confundirte, cosa que una vez más
hice y tuve que volver sobre mis pasos (bueno mejor dicho sobre mis
remadas). De nuevo sentí gran alivio al encontrar la entrada del canal hacia
la laguna Mariscal. Ahí ya me relajé un poco y pasé a la siguiente preocupación ja, ja, ja, que era buscar un lugar apropiado para acampar, al terminar el canal y pasar a la laguna me pegué a la orilla Este de la laguna pensando que encontraría algo apropiado, me acerqué a la orilla y me dí cuenta que era superfangosa (debido al mangle) y que sería imposible acampar ahí. Así que decidí atravesar la laguna hacia la parte Oeste, porque ví en el mapa unos pocos rodales de vegetación alta y pensé que allí la orilla sería más consistente. El problema era encontrarlos en la noche. Tras
atravesar la laguna lo cual se me hizo largo por la distancia y el cansancio acumulado, y también debido al ansia por llegar y por la obscuridad, llegué
a una zona con un poco de vegetación más alta, pero ¡oh sorpresa!, se
trataba de más mangle. Me acerqué a la orilla y como a 10 metros de ella el
kayak quedó atorado en el fango y tuve que bajarme de él, y al hacerlo, casi
desaparezco, me quedé enterrado en el fango más arriba de la rodilla, como
pude me puse de rodillas para tener más superficie de contacto y hundirme
menos y empecé a arrastrar el kayak hasta la orilla, consiguiendo subirlo
totalmente y amarrarlo al mangle. Ya sólo me quedaba la parte más difícil
montar el campamento en un espacio de 2 metros cuadrados pegándome lo más
posible a la vegetación porque es donde más duro está el suelo. De todas
formas montar el campamento en estas condiciones fue durísimo y cansado, me
hundía hasta las rodillas cada rato, e incluso una vez que logré poner la
casa de campaña pasaba filtrándose agua por el piso. Antes de acostarme tuve
que limpiarme como pude todo el lodo que tenía y dejar la ropa que llevaba
toda sucia fuera de la tienda. Eran las 11 de la noche y había remado
durante 8 horas y mi cuerpo me dolía por todos lados, aunque estaba feliz
por el recorrido que había hecho.
Les anexo una fotografía con la imagen satelital del recorrido que hice ese día.
Un fuerte abrazo, Luis.
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